Cambio del lat. tardío cambium y éste del galo cambion, representa el acto y efecto de cambiar, cuyo sinónimo se asocia al remplazo, la sustitución.
A lo largo de la vida cambiamos, de forma física y psicológica, gracias a las múltiples experiencias que el vivir nos permite, no obstante, en ocasiones los cambios en la forma de pensar y hacer las cosas dentro de una organización o proceso, constituyen un elemento de crisis e incertidumbre que exigen la dirección de un líder.
El deseo de cambio en la organización, exige por un lado el conocimiento de la cultura organizacional en que se desea implementar el mismo (Leal, A.G, 1998) y por otro, la gestión del mismo (Fullan, M.G, 2009).
La cultura organizacional se constituye en un recurso o medio para alcanzar objetivos...una fuente invisible de energía (Rodríguez, R. 2009); es por ello que la implementación de un proyecto de transformación depende de la capacidad del lider...“para cambiar la cultura motriz de la empresa a tiempo y de acuerdo con las estrategias, las estructuras y los sistemas formales” (Allaire y Firsirotu, 1992, p. 163).
Nada es impuesto, el cambio verdadero es producto de una negociación planeada, justificada y analizada en su justa dimensión. Lo contrario, representa cavar la tumba de la transformación.
Es en este último punto donde se enfatiza la importancia de la gestión del cambio, que según Fullan M.G; et.al (2009), exige:
Una mayor interacción entre los agentes que provocan el cambio, donde entre más puedan interactuar con respecto a sus propias prácticas, tanto más podrán producir las mejoras que ellos mismos identifican como necesarias.