En una simboisis de autores como Manuel Couto, 2000, Francesc Borrell, 2000 y Robert L. Genua, 2000, se entiende por persuasión aquel intento deliberadamente ejercido por parte de una persona o grupo para cambiar las actitudes de otra(s) persona(s).
Los estudios actuales sobre la persuasión dan una importancia crucial a la fuente de la que parte la acción persuasiva. De tal manera que la fuente debe ser creíble para que el mensaje tenga el efecto deseado. Un mensaje es legítimo si quien lo emite está socialmente legitimado para hacerlo, es decir, tiene autoridad moral o institucional; un mensaje se considera persuasivo si moviliza emociones o cogniciones capaces de transformar una actitud.
Para tener éxito en la persuasión, ésta debe ser coherente tanto al público a que se destina así como al interés que suponemos despertará el tema y saber concluir a tiempo para evitar el aburrimiento o el tedio.
- Identificada: El deseo de ser parecido a una persona, o la pertenencia a un grupo, son aprovechadas para modificar actitudes y conductas del individuo. ("Si no actúas así estarás mal visto", "Quién no haga esto, traiciona al grupo", "Todo el mundo hace esto", "No nos defraudes haciendo tal cosa", "Nos sentiremos orgullosos si haces esto").
- Normativa: Las normas implícitas o explícitas del grupo o de la persona promueven el ajuste o cambio de actitud o conducta. ("Las normas del buen hacer obligan moralmente a", "Las personas con tu tipo de responsabilidad tienen la obligación de").
- Argumentativa: La orientación hacia el beneficio, sea éste del tipo que sea, promueve el cambio de actitud o conducta.
Influencia social y persuación